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16/11/15

Joe Vasconcellos celebra y reedita el disco que cambió su carrera

El músico cuenta cómo será el show que revivirá el álbum Toque, el que inició uno de los éxitos más particulares del cancionero local.


Joe Vasconcellos (56) dice que lo suyo no fue transformarse de inmediato en Alexis Sánchez. “Yo venía de un trabajo underground, muy tranquilo, y de ahí salté a lo que podríamos llamar la selección chilena, el momento estelar, el ser un poco como Alexis”, compara el cantautor al rememorar el trayecto diseñado desde los largos años en que su figura era apenas un nombre errante de la música chilena, hasta que se consolidó en un suceso multiventas: fue en ese 1995 en que despegó su vida en solitario y en que impulsó una de las carreras más reconocidas del cancionero local.


Un hito materializado por la salida del álbum Toque, trabajo que inauguró su relación con la multinacional EMI, que arrojó un caudal de singles que corta el aire -Mágico, Las seis, Sólo por esta noche, Huellas, Sed de gol- y que vinculó al público chileno de manera masiva con una música mestiza y latina en timbres y discurso, donde el baile, las percusiones y las batucadas podían acompañar secuencias de romanticismo, alcoba y vida cotidiana, sobre todo en un dial dominado por un pop rock que miraba a Londres como faro. Es posible que éxitos recientes, como Juana Fe o Banda Conmoción, tengan su embrión en la huella de Vasconcellos.


El golpe a la cátedra -que tuvo su corolario en el álbum Vivo, de 1999, y en su recordado paso por Viña- cumple 20 años y el artista lo festejará con un show el 7 de diciembre en el Teatro Caupolicán, donde repasará la producción de manera íntegra y con la gran mayoría de los músicos con que grabó las canciones (DaleTicket). Además, el sello Chilevisión Música alista para fin de año su reedición en CD y vinilo.

“El Toque marcó un cambio total en mi vida. Tenía otras condiciones de  producción, me pagaban los taxis, cambiaron los amigos, las palmadas en la espalda ya eran muchas más, como que habían asomado las gárgolas. No estaba preparado para eso. Yo quería crecer acá, pero no ser una estrella, por eso después fue difícil manejarlo”, relata Vasconcellos. Luego agrega: “Pero el gran valor de ese disco es que estaba cumpliendo un sueño, fue la última vez que los sellos y la industria tuvieron un encanto”.

El diagnóstico es real y le toca de cerca: aunque su nombre rasguña el estatus de clásico y su obra exhibe persistencia -en 2014 editó el EP Llamadas-, el ex Congreso sabe que no ha vuelto a replicar el fenómeno. “Muy difícil hacerlo para cualquiera”, determina, para después profundizar: “Que hoy el panorama sea otro es un  desafío. Yo podría estar en mi casa descansando y cambiándome el pelo, pero me gusta ser un músico en terreno, no puedo dar por acabada una carrera cuando no corresponde”.

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