Psicólogo y científico Henry Montero Tapia advierte, droga de la verdad está en manos de la delincuencia en RD.

Las jóvenes y ancianos serán  los más afectados

New York, NY.-El joven científico de ascendencia dominicana Henry Montero Tapia, hizo un llamado de advertencia  a las jóvenes y personas envejecientes  de  la republica dominicana, ante el ingreso a esa nación Caribeña de la peligrosa droga Escopolamina, conocida chabacanamente como “La Burundanga”.  Droga ésta, altamente tóxica, que  es  usada por malandrines para anular la voluntad y de esta manera aprovecharse de sus víctimas.

El joven científico explico que estos dos sectores de la población, a los que hace el llamado, son los más proclives, a caer en las garras de los forajidos.  Puesto que, los que utilizan este tipo de droga para inutilizar a sus víctimas, buscan sexo fácil en las discotecas, y personas envejecientes, en los bancos y centros comerciales, que son asequibles a mantener una conversación con sus victimarios, y así despojarlo de sus pertenencias, sin obstáculo.  

Sostiene Montero Tapia que la peligrosidad de esta droga es mayor, por su difícil detección, pues sus componentes químicos la hace  incolora, inodora e insípida, haciendo fácil su administración por la vía oral, inhalatoria o cutánea, logrando sus efectos en las personas, a los dos a cinco minutos  de haber sido expuestos al contacto con la misma, reduciendo prácticamente a cero su voluntad, y la persona tiende a perderá la memoria, una vez sus efectos desaparecen.

Administración puede ser mortal

Señaló que la Hioscina, opera como depresor directo de las terminaciones nerviosas y del cerebro en sí.  Es contraria de las sustancias que estimulan el sistema nervioso parasimpático a nivel central y periférico, bloqueando los receptores muscarínicos localizados en el corazón e intestino, además de otros tejidos.  

Agrego que “una sola ingesta por más pequeña que sea, induce a la dilatación de las pupilas, contracción de los vasos sanguíneos y a la reducción de secreciones salivales y estomacales.

Un dosis indebida de este alcaloide, por ejemplo, más de diez miligramos en niños o más de cien miligramos en adultos, causa convulsiones, depresión severa, arritmias cardíacas, colapsos vasculares y en el peor de los casos, muerte.  

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