Roberto Gómez Bolaños se ha ido pero vivirá por siempre en el recuerdo de millones de personas que crecimos viéndolo en televisión. Sus personajes llenos de inocencia, ternura y buen humor forman parte de nuestras vidas así como las lecciones que pudimos aprender de ellos. Estas son algunas:

1. A no discriminar
En los programas de Chespirito se veían personajes con distintos rasgos y de varias clases sociales conviviendo sin problemas. Gordos, flacos, chatos, altos, ricos y pobres eran amigos y demostraban que, al fin y al cabo, todos somos iguales.


2. A no tomarse las cosas tan a pecho
A Chaparrón Bonaparte le decían “loco” y nadie lo tomaba en serio pero él no se hacía mala sangre por lo que los demás opinaban. ¿Cuántas veces nos hemos hecho un mundo pensando en el qué dirán o en algún comentario hecho con mala fe?


3. A ver el lado bueno de la vida
El Chavo era un niño huérfano, sin casa y sin un plato de comida asegurado al día. Aun así, nunca perdió la sonrisa y su inocencia era capaz de cautivar a todos los residentes de la vecindad. Pensemos un momento de todas las cosas buenas que tenemos y no valoramos por preocuparnos más de todo lo malo que nos ocurre.


4. A ser noble
Al Chapulín Colorado no le importaba si la persona que necesitaba su ayuda era mujer, hombre, rico o pobre, lo único en lo que él pensaba era en buscar la mejor manera de darle una mano. Eso es algo que todos debemos poner en práctica: ayudar de buena gana y de corazón.


5. A rodearse de amigos
Todos los actores que acompañaron a Roberto Gómez Bolaños durante su estancia en la televisión terminaron por convertirse en grandes amigos suyos. Todos fueron como una familia y eso hay que rescatar de él y sus personajes, que la amistad verdadera dura para siempre. (GDA).