Seguiremos por el camino de los merengues relacionados con la política. En esta ocasión tratamos sobre una pieza de la orquesta de Wilfrido Vargas.
A esta canción le hubiera venido bien de título la frase que dice su estribillo: “Ni pa’ lante, ni pa’ atrás”, pero se trata de “El Candidato”.
“Un candidato es un señor viajando por el interior, buscando el modo de vender una sonrisa. Llamando a la puerta del pobre, pues no hay un voto que le sobre, mañana el pobre es un recuerdo y si te he visto no me acuerdo”.
Cuánta realidad nos muestra este merengue, dura realidad de lo que ha ocurrido desde 1986 hacia acá, cuando la política comenzó a cualquierizarse en un grado vergonzoso, de modo que cualquier “chancletú” se engancha a ella y luego si tiene oportunidad se lanza como candidato.
Desde entonces, miles y miles de candidatos, sumándose más “salvadores” cada cuatro años y ahora cada seis, salen a abrazar pobres por todos los rincones de la miseria y se dice que luego se untan alcohol, pero no del que se untó Hipólito Mejía, sino del que desinfecta.
Diantre, pero no es de política que estamos hablando, es de una canción relacionada con ella. “El Candidato”, un tema con unas letras de altura, fino, es interpretado por Manuel de Jesús.
Lanzado en 1978, es una pieza que quien gusta del buen merengue y disfruta de la casi fenecida canción de protesta debería tener en su discoteca personal.
¿Y usted, se engancharía a candidato para salir en radio y en televisión hablando pluma ‘e burro, hablar y hablar sin decir nada, enarbolar el nacionalismo y criticar a sus rivales aunque usted sea igual o peor que ellos? Si muchos que no tienen una uña de frente ni dos neuronas bailando La Macarena lo hacen, ¿por qué no lanzarse a la “búsqueda”?
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