Social Icons

17/2/16

Charlie Zaa: “Lo más lujoso que hoy tengo es mi familia”

SANTO DOMINGO. Charlie Zaa quiere venir a cantar al país. Por eso ha venido a promover su nueva producción, “Mi mejor regalo” realizada de la mano del más importante productor de música tropical actual: Sergio George, con temas de Joan Sebastian. Pero Charlie Zaa no es Charlie Zaa, sino Carlos Alberto Sánchez Ramírez.

El sobrenombre surgió en 1996, cuando salió de Cali. “Había hecho salsa de la mano de los maestros Jairo Varela y Alexis Losano, y me llaman a Bogotá a un tributo a Julio Jaramillo, El Ruiseñor de las Américas, y tomo la iniciativa de firmar con aquella compañía, y les conté que en Cali mis amigos me llamaban Charlie y cuando no, pues Sa (de Sánchez), le cambié la S por Z y doble a, y así quedé: Charlie Zaa”.
El popular bolerista, quien junto a Luis Miguel se encargó de rescatar el género del bolero para las nuevas generaciones, en los 90 del pasado siglo, se siente sin embargo salsero. Su producción “En otro tiempo”, por ejemplo, fue una manera de poder darse gusto “en un género que amo, con el que me identifico mucho, con el que me inicié desde el año 90, profesionalmente, que es la salsa”, dijo a Diario Libre en entrevista reciente.
El público lo identificó desde el año 1996 como un cantante de música romántica. Pero todo eso le da la posibilidad de que hoy sus presentaciones en vivo “sean mucho más ricas en colores, más camaleónica. Van desde un bolero a un vals, a una cumbia y al final cerramos con un show de salsa”.
Un regalo en bachata

“Esta producción nueva que lleva por título Mi mejor regalo, la que ahora estoy promoviendo, en homenaje póstumo a Joan Sebastian, viene en tiempo de bachata, lo cual enriquece aun más el show”, explicó.
“Me siento bendecido porque el don que Dios me ha regalado, que es el don del canto, ha venido acompañado de la gracia de un tiempo para acá. De ocho años para acá, que me entregué de manera total al Señor; entendí que el don no era suficiente si no venía acompañado de la gracia. Y empecé a entender el por qué, cuando se me ponían sobre la mesa cierto tipo de producciones, en diferentes géneros. Lograba al final hacerlas bien y cumplir como pedía el productor”.
Zaa hace una pausa reflexiva antes de reconocer que se ha cohibido de hacer algunos temas que no honren al Señor. Lo hace, dice, para encontrarse con letras con las cuales se sienta identificado. “Hay letras que a veces para mí son muy fuertes, y para honra y gloria de Dios siempre he contado con la bendición de mi familia, y el apoyo y el aporte de mi familia, y hasta hace dos años con el apoyo y el aporte de mi papá, que era un hombre muy sabio, un gran cantante”, y agrega que su familia es quien juzga, califica y condena su trabajo, antes de hacerlo público. De hecho, su esposa y sus hijos son sus más grandes críticos (tiene una hija de 25 años, un hijo de 17 y una niña de 14 años).
El momento más difícil

El momento más difícil de su carrera ha sido su crisis, cuando se tuvo que retirar cinco años. “El desierto por el que tuve que pasar hace 8 años. Ha sido la prueba más fuerte que he vivido como ser humano como profesional, como artista, como papá, como hermano, como hijo. La depresión es una enfermedad indescriptible, no lo puedo explicar. En un comienzo creía que era físico, en el primer año visité psicólogos, psiquiatras, los mejores de Colombia, para tratar de que me diagnosticaran lo que vivía, por qué sentía así, por qué el desánimo, por qué la opresión, por qué el ahogo, por qué la ansiedad, por qué hiperventilaba, por qué tenía pánico, por qué no podía salir, pues daba tres pasos y me devolvía a mi habitación, a mi cama a llorar, y tenía que venirse mi esposa, y mis hijos, para tratar de conciliar el sueño. Me tocó ir a dormir en medio de mi papá y mi mamá. Algo terrible lo que viví. Y duré en medio de este desierto más de cinco años. Los primeros dos o tres años, en mis fuerzas, traté de combatir contra ese Goliat”, explicó.
Según el artista, esa situación persistió hasta que entendió que todo había sido para entender que si no era así, se iba a perder o iba a morir. “Y era verdad, yo sentí que me estaba muriendo. Sentí que el alma me la estaban desprendiendo”, manifestó. Entonces comprendió que todo había sucedido para que dejara su altivez, y se arrodillara y pidiera perdón por todo el daño que había hecho a sí mismo y a sus seres queridos. “Me costó salir de la depresión. Dejar la rumba, la trasnocha, otras mujeres, el licor. Andaba en afán por el dinero y la fama, más que por mi familia. Todo fue para que muriera el ser viejo y naciera el ser nuevo”, concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Sample text

Sample Text

 
Blogger Templates