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20/7/15

Oskar Rodríguez: de bailarín a actor

De niño, Oskar Rodríguez se la paseaba tanteando; bien sabía que para descubrir su verdadero hobby, eso que lo amarrara a hacer una acción por pasión y no por recompensas, tenía que conocer las opciones. Su personalidad inquieta, espontánea, arriesgada y soñadora contribuyó a que esa búsqueda fuese corta y asequible. Oskar solo necesitó de un televisor para hallar lo que quería ser: un bailarín famoso como los que veía en los vídeos musicales revolucionarios de los 80 y 90.
Fue por ello que las tardes de este bayamonés se consumían entre su empeño por perfeccionar sus movimientos y su obsesión por gesticular correctamente. Él estaba certero que haciendo lo que hacía, en un futuro, compartiría escenario con los artistas que tanto contemplaba.
Tus primeros pasos como bailarín fueron en la Isla. ¿Cómo se dieron las oportunidades para bailar con Luis Fonsi, Chayanne, Ednita Nazario y Ricky Martin?
‘‘La verdad es que aprendí a bailar con vídeos musicales de MTV y The Box. No me cansaba de ver a Janet Jackson, Michael Jackson y al propio Chayanne; imitaba todo lo que él hacía en el video de Salomé. Siempre me imaginaba en esos zapatos. Me gustaba imaginarme que era este artista o el otro y a los quince años empecé a tomar clases en un estudio en Santa Rosa, Bayamón. Los maestros quedaron locos conmigo y siempre me recomendaban. Además, siempre iba a audiciones’’.
Fueron estas experiencias fructíferas para su incipiente carrera las que le permitieron sentir la adrenalina de los principales escenarios del país. Es por ello que paso seguido tomó una decisión con la seguridad de que se consolidaría como bailarín profesional. Tan pronto cumplió 18 años Oskar firmó contrato con la empresa de cruceros Royal Caribbean y zarpó. El joven bailó noche tras noche en los espectáculos que se repetían semanalmente hasta que pasó un año y supo que estaba listo para lo próximo. Fue en el 2006 cuando se compró un pasaje y en contra de la voluntad de su mamá, se mudó a Los Ángeles, California. ‘‘Mi mamá no quería que me fuera, pero nada iba a detenerme. Le dije ‘con tu blessing or not me voy, allá está mi futuro’. Entonces lo hice. Dormí en el sofá de un amigo de mi hermano. Me tomó un tiempito, no fue lo más fácil del mundo, pero pensé ‘es ahora o nada’. Allá comencé a trabajar con coreógrafos, en tiendas, en espectáculos’’, narró sobre la que describe ha sido la decisión más importante en su vida y por la que siente llegó a la ‘‘cúspide de cualquier bailarín’’. Estando en Estados Unidos ha bailado junto a Jennifer López, Rihanna, Carrie Underwood, Park Jae-sang y Janet Jackson.
¿Cuál fue esa oportunidad que te permitió estar en tarima con estas estrellas de la música pop?
Una vez tienes a la hermana del Rey del Pop en tu resumé la gente empieza a saber quién tú eres. Los otros coreógrafos dicen “el nene es bueno”. Tan pronto me bajé del tour de Janet me escogieron para bailar con Rihanna y para películas como “Dirty Dancing: Havana Nights”, “Shrek Forever After”, “The Muppets” y “Disney’s Teen Beach Movie”.
¿Cómo surge la oportunidad de bailar con Janet Jackson?
‘‘Fue prácticamente cuatro años después de mi llegada a Los Ángeles -California-. Es gracioso. Una mañana estoy recogiendo un cheque en mi agencia de baile y quien me lo entrega me dice ‘hay una audición mañana en Nueva York’. Le pregunté a mi amigo ‘¿vamos para allá?’... Llegué el mismo día de la audición. Había miles y miles de bailarines. Nos enseñaron como ocho conteos de ocho y empezaron a hacer cortes. A mí me cortaron dos veces en la audición original. Luego me reintegraron diciendo que fue una equivocación. Rápido pensé ‘esto es posible’. Al día siguiente éramos menos. Había que bailar frente a ella “Rhythm Nation” y ese baile me lo sabíade corazón, pero al verla frente a mí se me olvidó todo, me quedé pasmado. Los ojos de ella me estaban mirando directito al corazón, me estaba leyendo el alma. Ella se enojó y de la derecha donde estaba me movió al medio. Eso fue suficiente para pensar ‘ahora es que es, este es el momento’. A las dos semanas no me había llamado el manejador, pero llegando a Los Ángeles lo hizo. Fue una emoción brutal, me caí al piso a llorar’’.
Luego de bailar con la intérprete de “Come On Get Up”, quien Oskar considera su ‘‘ídola’’, el bayamonés fue elegido como uno de los bailarines principales del espectáculo de Shania Twain en Las Vegas. Se mantuvo bailando allí durante dos años al mismo tiempo que originó junto a Marc Cleary una compañía de coreografía y dirección artística llamada StoliGrant Productions. ‘‘He estado casi tres años enseñándole a bailar y a ser mejores artistas a otros. Desarrollando carreras ajenas. Un día una de las jóvenes me dijo ‘tú tienes algo dentro de ti que no es para estar enseñándome a mí cómo debería ser’. Entonces pensé que me faltaba completar otra meta, una que estaba ligada a lo que amaba hacer desde pequeño, pero que requería gran esfuerzo’’, contó Oskar, sobre la vivencia que lo impulsó a abandonar el show artístico para dedicarse de lleno a la actuación.
¿Cómo se da la transición a la actuación?
‘‘Soy el tipo de persona que una vez logra lo que quiere dice ‘y ahora, ¿hacia dónde me muevo?’. Sabía que tenía la pasión, pero no sentía lo mismo. Ya no pensaba ‘quiero estar detrás del artista’, sentía que quería ser yo el artista. Poder actuar y bailar me da color. Actuar solamente, muchas personas pueden hacerlo, pero no todas tienen el talento para hacer todo a la vez’’.
Es así como este joven boricua logró el rol protagónico de la serie East Los High cuya tercera temporada estrenó el pasado miércoles, 15 de julio, por el canal en línea Hulu. Esta oportunidad de seguro será solo un nuevo peldaño en la carrera de esta joven que ha soñado en grande y trabajado muy duro.

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