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4/4/16

Todo buen locutor tiene tres cualidades que empiezan con “E” (Nooo, “estúpido” no es una de ellas)

“No hay suficiente emoción en la radio. Somos demasiado calculados, demasiado precisos y literales. Hay una alarmante escasez de imaginación”, escribe el gurú de la radio consultoría, Tracy Johnson. Y esto va también para los locutores hispanos que gritan, cuentan chistes con albures o dan vida a un personaje. Todo está calculado, las rutinas se enseñorean. 

Moverse un milímetro de lo que ya funciona, produce ansiedad en la gerencia. A muchos de quienes trabajan tras el un micrófono, escribe Johnson, le hacen falta tres E:
  1. Exagerar —Mejorar el contenido utilizando una activa imaginación.
  2. Embellecer — Atraer el interés del radioescucha con lenguaje colorido. Profundizar en las descripciones.
  3. Energizar — Hablar con estilo, agregar palabras que remitan a la acción, al “aquí y ahora”.
Ninguna de estas tres significa que los locutores tengan que mentir; simplemente, como todo buen artista, utilizar ciertas “licencias poéticas”. He aquí algunos ejemplos:
  • No digas “Vengan al stand de XEYZ en la Feria del Libro”. ¿Qué tal mejor “Aproxímate al módulo de transmisión móvil”?
  • A nadie le entusiasma un convencional: “Transmitiendo desde los estudios de KLAX 90.7”. La Z100 era una pequeña radiodifusora de Nueva Jersey, pero sus cortinillas decían: “Transmitiendo desde la parte más alta de la punta del edificio Empire State”. Otra estación en San Diego jugaba con el escenario opuesto: “Transmitiendo desde un cochambroso edificio abandonado en la zona industrial de San Diego”. La 89X decía emitir desde “la habitación del pánico”.
  • Puedes compartir datos curiosos al aire, como decir que a los integrantes del conjunto que tocó anoche en la ciudad les gusta jugar boliche. Pero más emocionante sería decir que estuviste ahí, y que viste cómo Johnny el guitarrista hizo una chuza que puso furioso a Carlos el baterista.
  • A principios de los años 70, Jack McCoy inventó un programa llamado “The last contest”. ¿Sus premios? Una isla en el Pacífico, doce chicas polinesias para complacer todos tus caprichos sexuales, doce millones de sombrillitas para adornar tus bebidas tropicales. La estación tenía a todos al pendiente, diciendo que en cualquier momento revelaría el número telefónico al cual había que llamar. No hace falta decir que en cuanto lo daban, el sistema telefónico de San Diego colapsaba. Mientras tanto, la competencia ofrecía un par de boletos para ir al básquet.
Utilizar las tres E (exagerar, embellecer, energizar) no significa traicionar la verdad. Significa, simplemente, contar las cosas con talento, mejorar el contenido con imágenes mentales, utilizar un lenguaje colorido y arriesgar con descripciones divertidas. No temas tomar licencias poéticas. Practica las tres “E”.

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