Hasta que punto un talento de la televisión local podría comprometerse con una planta televisora, donde su vida personal y profesional se vean afectadas.
Sería bueno investigar qué condiciones labores, sociales y económicas brinda un canal que no permite a sus comunicadores inmiscuirse en otros proyectos fuera esa dependencia.
Resulta un poco risible el hecho que cualquier planta televisora prohíba a sus talentos dar entrevistas en otros canales sin previa autorización.
Por más comprometidos que estemos con una empresa nunca debemos perder nuestra propia identidad y el libre albedrío que Dios nos ha regalado para ser independientes en nuestros planteamientos y expresar ideas, emociones y sentimientos en cualquier lugar donde nos encontremos.
Nos imaginamos que tras esta disposición vendrán otras reglas y medidas que los talentos deberán cumplir a cabalidad o de lo contrario podrían ser expulsados de sus respectivos puestos de trabajo.
La libertad de expresión es una herramienta que todo comunicador, periodista, locutor o persona que tenga acceso a los medios debe llevar como una bandera que ondea en lo alto del asta.
Expresemos con dignidad nuestros pensamientos y jamás permitamos que nada ni nadie coarte nuestra autonomía para exponer las inquietudes que tenemos. Recordemos que nadie es dueño de nadie.
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