Al parecer muchos no han entendido que en el negocio del entretenimiento existen límites, parámetros y reglas que se deben cumplir.
Uno de los grandes males que desde hace varios años viene afectando la música en sentido general es la venta desaprensiva de copias de discos compactos, los cuales se venden en todas las esquinas y centros de diversión.
Esta odiosa práctica no autorizada ha venido a contribuir con la quiebra total de empresas donde se vendían discos originales, pero también ha afectado directamente a la industria discográfica y al artista que se ha desmotiva a seguir produciendo cds.
Se podría asegurar que en estos momentos, por lo menos en el país, nadie compra un disco compacto original, todo lo contrario prefieren adquirirlo por valor de cincuenta pesos o bajarlo de internet.
La no autorización o prohibición de este fenómeno debe darse de inmediato y tomar medidas severas sobre aquellos que venden discos en las calles y establecimientos, un mal que afecta a miles de artistas, cantantes y compositores a nivel mundial.
Por lo regular las producciones discográficas que se compran en la calle están mal grabadas, tienen carátulas horribles y no responden a los estándares de calidad que regularmente buscan los amantes de la buena música, por lo que no vale la pena invertir en estas copias.
Entendemos que si todos los afectados se unen en una gran campaña podría reducirse esta práctica y hacer entender a muchos que se está violándola la ley y perjudicando grandemente a nuestros artistas.
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