noviembre, volveremos a celebrar el “Día Nacional del Merengue” un ritmo que continúa siendo nuestra bandera musical, independientemente de que desde hace tiempo se encuentra sumergido en una crisis terrible.
Podríamos asegurar de que ninguna epidemia universal ha recibido más análisis que el descalabro que en la actualidad sufre nuestro merengue, han sido muchos músicos, artistas y supuestos entendidos en la materia que han buscado sonido exponiendo su criterio sobre el ritmo de la güira y la tambora.
Una cosa si es cierta, a pesar de la llegada del extinguido merengue “Electrónico”, de “Mambo”, de “calle”, entre otros calificativos, en ningún momento se ha dejado de producir el buen merengue, ya sea por parte de nuestros merengueros tradicionales, como además por parte de nuevos proyectos de merengue.
El principal problema ha sido de difusión, las nuevas propuestas merengueras no han recibido el respaldo económico de otros géneros, en una época donde hasta los piratas exigen que le paguen por según ellos, distribuir lo que legalmente no les pertenece.
Hablar de llegar a la radio se ha convertido en una misión imposible, pero además ya ningún único medio puede garantizar total poder de difusión, la más viable vía que tiene nuestro merengue es la buena voluntad de quienes tienen la responsabilidad de amenizar en los clubes y fiestas privadas el “DJ”
Pero estos se han organizado, con el principal objetivo de mercadear su trabajo muy por encima de sus principios y su principal razón de ser; reconocemos que la música es un negocio que mueve para algunos mucho dinero y al final salpica a la mayoría, pero además nuestro merengue posee históricamente una parte cultural y una razón de existencia que debe ser defendida por todos.
El “DJ” tiene en sus manos la posibilidad de proyectar las nuevas propuestas de merengue que salen a diario, debe salir de ese círculo repetitivo donde todos, noche por noche tocan lo mismo dando la mala impresión que se carece de nuevas grabaciones, tiene que asumir su responsabilidad y crear apertura donde sea el público, quien acepte o descarte tal o cual propuesta, no puede seguir haciendo de juez y parte.
El “DJ” es el puente entre la música y quienes la consumen, mientras más éxito obtiene nuestro merengue, mejor oportunidades de mercadear surgirán para todos.
Es tiempo de poder decir que el “DJ” si hace éxitos, de que el “DJ” si pega temas, es tiempo de apoyar nuestro merengue hoy, para poder facturar mañana. (SoyLatino.net)
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