Cada Navidad, todas las miradas se vuelven hacia ese lugar de la Laponia finlandesa donde yace la morada de Santa Claus, quien gracias a su trineo tirado por renos se deja caer por las chimeneas de todo el mundo cargado de regalos.
Un ícono que siempre asociamos con entornos nevados, duendecillos y trajes rojos, pero cuyo origen se remonta a tierras mucho más cálidas.
¿Sabías dónde nació Santa realmente? Te lo contamos a continuación:
El hombre que se mudó a Finlandia
Alrededor del 280 DC., en un pueblecito de la costa sureste de Turquía llamado Patara, comprendido en la región de Licia, regida en aquel entonces por el Imperio Bizantino,un joven llamado Nicolás heredó una gran fortuna tras la muerte de sus padres. Su devoción religiosa le llevó a compartir su fortuna con los pobres que vivían en su pueblo, del cual partiría para establecerse como en el cercano pueblo de Myra, el cual hoy día se llama Demre.
Fue en aquel nuevo entorno donde Nicolás, a escondidas de los vecinos, comenzó a colarse en los tejados de las casas para introducir monedas por el hueco de la chimenea en su intento por ayudar de forma desinteresada a los demás habitantes del pueblo.
Además, los niños le recordaban como un hombre que siempre les regalaba caramelos y frutos secos. Tras varios meses jugando al despiste, la identidad de aquel señor que hacía regalos desde el anonimato fue descubierta, por lo que la condición de Nicolás en el pueblo aumentó hasta convertirse en santo y, posteriormente, patrón de los marineros.
En la ciudad de Myra se elevó una iglesia con tal de escoltar los restos de San Nicolás tras su muerte. Sin embargo, en 1087, la ciudad italiana de Bari inició una expedición para robar los restos de San Nicolás y trasladarlos de vuelta a Italia, donde actualmente yacen en Bari, reservando parte del cuerpo a la iglesia veneciana de San Nicolò al Lido.
Tras la muerte del santo, el 6 de diciembre se convirtió en el día de adoración a San Nicolás. Sin embargo, las autoridades cristianas, cuya fecha para el nacimiento de Jesucristo estaba fijada en el día 25 de diciembre, permitió unificar ambas festividades, incluyendo a aquel hombre austero que hacía regalos a los demás compartiendo protagonismo con el Mesías.
Con el paso del tiempo, la presencia de San Nicolás ha sido recurrente en ciudades como Amsterdamm o Móscú, las cuales, fusionaron el mito del santo con otras leyendas paganas que hacían alusión al que hoy todos conocemos como Papá Noel o Santa Claus.
Para quienes se dejen caer por la bella Ruta Lícia del sur de Turquía, les gustará saber que el monumento conmemorativo al santo y la iglesia fundada en torno al mismo pueden encontrarse en el pueblo de Demre.
El origen turco de Santa Claus se mantuvo en el anonimato durante varios siglos hasta unas posteriores investigaciones que afirmaban el paralelismo entre un bondadoso obispo de un pueblo perdido del Mediterráneo y el famoso gordinflón cuya morada en el Polo Norte dista bastante de tan curiosos orígenes. Creamos o no en ambas versiones, lo importante es que Navidad está ahí, y un buen nombre regresará para compensarnos tras un año de ausencia.
Fuente. iMujer
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