El restaurante "Mastaurant" ha llamado la atención de la crema y nata neoyorquina ya que es una experiencia al límite, no apta para todo el público.
Para asistir a una comida en el famoso restaurante se debe reservar con al menos dos meses de anticipación.
El proceso por el que cada comensal pasa para degustar una cena en el primer restaurante masturbatorio del mundo, implica no sólo un potente sentido de la aventura, sino una eliminación de los prejuicios asociados con el sexo y la desnudez.
Cuando los exclusivos clientes llegan a este local se les da a firmar un contrato en el que se sujetan a reglas como no tomar foto ni video dentro del restaurante, aceptar la desnudez, depilarse el área genital entre, otras cosas.
La privacidad en este lugar es de suma importancia ya que asisten figuras de la vida pública, supermodelos, actrices, cantantes e incluso políticos.
Ya desnudos y depilados de los genitales los clientes pueden ordenar cualquiera de los platos del exótico menú que contempla aves, mariscos, carnes y platillos vegetarianos, con el detalle de que todos y cada uno de los platos contienen, ya sea a través de alguna elaborada salsa, sopa o esencia, alguno de los fluidos propios de la masturbación.
Un grupo de chicos de entre 21 y 24 años son los encargados de masturbarse constantemente para proporcionar parte de los ingredientes de los platillos; puede ser semen, fluidos vaginales, saliva o sudor.
Para elaborar sabrosos platillos como Pasta de Pomodoro con perlas de semen dulcificado, helado de frambuesa al sudor, sopa de trufas con esencia vaginal, etc.
Si algún comensal considera que le falta algún ingrediente a su platillo, está en toda la libertad de masturbarse a si mismo o a su pareja para obtener esa porción de sabor, con la única condición de no levantarse de su asiento.
Esta regla evita la penetración y que el restaurante se convierta en un lugar de orgías.
El dueño del local, Pierre Rostaccis, dice que "Mastaurant" pretende expandirse a ciudades con alto poder adquisitivo ya que es un concepto innovador y con alto nivel de discriminación, según las propias declaraciones del Pierre;
“Todos sabemos que la gente rica es más guapa que la gente pobre, de forma que los elevados precios ayudan a dejar fuera a esos parias feos y gorditos que sin duda alguna afearían la vista del local… jejeje… esto no lo van a poner en la entrevista ¿verdad?”
El dueño de lugar pretende eliminar los prejuicios asociados con el sexo y la desnudez, que tanto daño hace al mundo.
La pregunta aquí es, ¿Qué dañará más al mundo? ¿Los prejuicios con el sexo o la discriminación con la que maneja su negocio?