La búsqueda de la excitación erótica puede traer sus consecuencias negativas.
Tener relaciones sexuales en un “lugar prohibido”, como en la playa o las escaleras de emergencia de un edificio, en donde hay un alto riesgo que alguien los descubra. Irse a la cama con varios amantes al mismo tiempo. Mantener en encuentro erótico que dure varios días.
Estas fantasías sexuales y muchísimas otras más pueden ayudar a que las personas le pongan un toque picante a su vida íntima, alimentando así el deseo e, inclusive, intensificando el placer.
Así lo aseguran un sinnúmero de sexólogos, quienes dicen que estas ideas o imágenes mentales no sólo son normales, sino también saludables y necesarias dentro de una sexualidad sana.
Y es que, de acuerdo con ellos, las fantasías suelen funcionar como estimulantes mismos del erotismo.
Daños físicos y psicológicos
Ahora bien, aunque está claro que muchas de ellas son un condimento del deseo, algunas fantasías en particular son consideradas “de alto riesgo”, como plantea la terapeuta sexual Karen Vázquez.
En este sentido, la experta señala que, lejos de enriquecer la vida sexual, conductas como el sadismo –que consiste en la obtención de placer mientras se agrede, humilla o somete a una persona–, o la asfixia erótica (hipoxifilia), que une la idea de placer con las sensaciones generadas ante el estrangulamiento, pueden causar daños físicos y/o psicológicos.
“Hay fantasías de menor riesgo, como el tener sexo en un lugar público, como en la playa, o en un apartamento sin cortinas frente a unas ventanas de cristal, que en cierto modo son unas conductas exhibicionistas y funcionan como un activador dentro de la sexualidad”, revela Vázquez.
“Pero hay fantasías de mayor riesgo, en las que se puede hacer daño la persona o a un tercero, principalmente cuando no hay un consentimiento de la otra parte. Prácticas extremas como el sadomasoquismo, por ejemplo, no las tolera todo el mundo. Incluso un threesome (trío sexual) puede poner en riesgo una relación estable cuando las reglas del juego no quedan totalmente claras y, por decir algo, una de las personas se enamora del tercero que llegó”, advierte la también psicóloga y educadora sexual.
Parejas en jaque
La sexóloga Luisi Marini coincide con su colega en que poner en práctica ciertas fantasías, especialmente las de sexo grupal, puede ser complicado ya que con el tiempo suelen aparecer emociones y situaciones no contempladas en la imaginación.
De ahí que la especialista aconseje llevar a cabo las fantasías siempre y cuando las personas involucradas puedan hacerse cargo de las consecuencias.
“Cuando una pareja decide realmente llevar a cabo su fantasía y vivirla, como meter a un tercero en la cama, eso puede implicar riesgos grandes. Uno de los dos puede empezar a dudar de la relación, puede haber rechazo e, incluso, pueden terminar dejándose porque hay algo ahí que se rompe, como la confianza”, señala Marini.
“Las parafilias o desviaciones sexuales, asimismo, son conductas ocultas que muchas veces tienen la consecuencia del desprecio de la sociedad y de ellos mismos, que es peor aún porque ahí vienen los problemas de autoestima. Algunos ejemplos de estos trastornos son el voyeurismo, el fetichismo y la coprofilia, que es el placer sexual que se da a través de las materias fecales”, puntualiza la sexóloga.
La experta recomienda buscar ayuda profesional si la persona siente que no está teniendo una sexualidad sana o si la pareja le propone algunas prácticas con las que no está de acuerdo.
Con la debida terapia y asesoriamiento, ambas sexólogas aquí consultadas aseguran que se pueden modificar los comportamientos en la intimidad.
Algunas desviaciones sexuales
Las parafilias implican la aparición de fantasías o comportamientos sexuales excitantes, que son repetitivos e intensos, y que generalmente incluyen objetos, la provocación de sufrimiento o dolor propio o a la pareja o el mantener relaciones sexuales con personas sin su consentimiento.
1. Masoquismo
La obtención de placer mientras se recibe dolor, humillación o dominación.
2. Fetichismo
La excitación o el logro del orgasmo a través de un objeto fetiche o parte del cuerpo en particular.
3. Frotismo
La excitación sexual sólo al frotar los genitales contra personas desconocidas.
4. Asfixiofilia
Atracción por estrangular, asfixiar o ahogar a la pareja durante el acto sexual, sin llegar a matarla.
5. Voyeurismo
Observar ocultamente a persones desnudas, desnudándose o que se encuentren en plena actividad sexual.